El poder terrenal de la Orden de Malta se basaba en sus amplias posesiones, fruto de conquistas militares, cesiones y heredades. Junto con el papel asistencial el control de estos territorios y la presencia entre los sanjuanistas de miembros de la nobleza se tradujo en una gran riqueza, expresada a través de numerosas construcciones. Puede hablarse por tanto de una simbología del poder, pero también de una simbología de la Orden como hermandad religiosa.
La primera Regla de la Orden data de 1120, y en ella ya se establecía la cruz blanca sobre hábito negro como símbolo principal de los freires de San Juan. Sobre el origen del símbolo hay varias hipótesis, así por ejemplo se sabe que el beato Gerardo, fundador de la Orden, procedía de la ciudad italiana de Amalfi, cuyo escudo blasona una cruz octógona. Actualmente la Orden de Malta vincula la cruz octógona con la obligación de cumplimiento de las ocho bienaventuranzas.
En diferentes representaciones, la cruz octógona se encuentra tanto en la heráldica de varios municipios de la Ruta (La Rinconada, Tocina, Alcolea del Río, Lora del Río), así como en monumentos como la iglesia de San Vicente Mártir de Tocina.